El
procedimiento es el siguiente:
Elegir un dominio.
Verificar la disponibilidad del nombre
de dominio deseado en algún registrador.
Ingresar los datos personales.
Elegir la cantidad de tiempo que el
dominio permanecerá registrado.
Pagar el dominio, normalmente con
tarjeta de crédito (o también por transferencia bancaria)
Una
vez arrendado, el ahora registrante del dominio debe configurarlo con la URL a
la cual redireccionar, IP del servidor al que encontrará mediante la DNS,
servidor DNS usada por este.
El registrante del dominio debe esperar un
tiempo para que el dominio sea reconocido en todos los servidores de Internet.
Para los dominios .com y .net la demora es entre 4 y 8 horas, y para otros es
generalmente entre 24 y 48 horas. En ese período:
El registrador contacta con ICANN y
realiza el proceso de forma transparente para el registrante.
Se avisa al registrante que el dominio
fue registrado.
El nuevo dominio funciona, y resuelve a la
IP apropiada en el servidor DNS usado, pero no en el resto de servidores DNS
del mundo. Poco a poco se va propagando el cambio al resto de servidores
(propagación DNS). Como cada uno tiene distintos tiempos de actualización y
parámetros de caché distintos, pasan varias horas hasta que todos los
servidores DNS del mundo conocen cómo hacer la resolución del dominio.
La página ya es accesible mediante un
nombre de dominio desde cualquier computadora.
Normas
Cada
registrador tiene unas normas específicas sobre lo que considera correcto y lo
que en relación con cuestiones como la codificación de caracteres permitida.
Véase el artículo anterior para más detalles.
Un
requisito imprescindible para registrar un dominio es dar datos veraces sobre
el registrante: nombre, dirección (física y electrónica), y teléfono de
contacto. Estos datos son importantes para contactar con el responsable de un
dominio si hay algún problema, por ejemplo spam proveniente de esa dirección.
Toda esta información se puede consultar con el programa whois (que está en la
mayoría de sistemas operativos).
Algunos
registradores ofrecen "trucos" legales para quienes no quieren
mostrar sus datos personales. Como ICANN prohíbe que sea el propio registrador
quien ponga sus datos ahí, algunos contratan a una empresa proxy
(intermediaria) usada sólo para hacer de representante. Esto hace que sea muy
complicado contactar con el propietario en caso de problemas técnicos (Aunque
en realidad la mayoría de los usuarios comunes nunca suelen hacer whois, sino
más bien usuarios expertos, por lo que finalmente se usa para evitar problemas
legales, ya que es mucho más complejo obtener la información real si está
oculta en el propio whois).
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